jueves, 19 de diciembre de 2013

Moribundo humano


By Waldemar Kazak
            Moribundo humano, se te escapa el relleno de frambuesa por la herida abierta de tu vientre. Miras al cielo con resignación, al igual que una ballena varada, con los ojos secos, con la cara manchada, preguntándote cómo llegaste a eso.

            Luchaste por tus ideales, tras proclamar que la pluma es más poderosa que la espada. Y aún así, enfrentaste al mundo empuñando tu filo de acero. Manchando la hierba de rojo y de entrañas. Y así el orbe sigue llenándose de lápidas insignes, de héroes, de mártires, de pilas de cadáveres al fin y al cabo, como un inmenso pastel de carne. 

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