lunes, 23 de diciembre de 2013

Ser un gato



            Andando por la sociedad como un gato. Intentando siempre pasar desapercibidos hasta que se tienen ganas de ser advertido. Cuando se está dispuesto a atacar, nadie sabe que estás ahí, excepto cuando ya te tienen encima. Cuanto más ligeros son tus pasos, menos herido puedes salir. Cuando tu felicidad no depende en absoluto del mundo, de lo que te rodea, el daño experimentado depende tan sólo de ti mismo. El ser la única causa de tu propia felicidad, o de tu malestar, es algo que es simplemente pueril, puesto que en el mismo momento que quieres que los demás noten que estás ahí, ya es demasiado tarde. Las tornas cambian a su completo opuesto en tan sólo un segundo. Y esas personas que ni siquiera sabían que estabas ahí no tienen tiempo para reaccionar. No te conocen.

1 comentario:

  1. La soledad y el anonimato son armas de doble filo. Cuándo se está solo por mucho tiempo, el dia en que se desea el calor de la compañía, ésta pude estar ya muy lejos.

    Gran escrito me gusto mucho.

    ResponderEliminar