By Loish |
Un banco de algas se mece fingiendo seguir el son del
movimiento del agua salada en el que está inmerso. Recibiendo la tenue luz del
sol que penetra atravesando las olas. Viviendo y alimentándose en un eterno
balanceo. Como en un baile catatónico las algas se mueven, a la vez formando
parte del mar y separándose de él. Muchas veces dicen que para encajar debemos
ser como el agua, adaptarnos al contenido, fluir o mostrarnos implacables. En
mi opinión ser un alga es muchísimo mejor, ya que no requiere tanta dosis de
adaptación y reacción. Ser un alga se basa fundamentalmente en bailar
indiferentemente, nos encontremos con quien nos encontremos, fingiendo que el
ritmo que seguimos es el suyo.
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