Dulzura
El ser dulce se basa
prácticamente un 100% en no decir nada que pueda molestar a la gente.
Consideramos personas dulces a aquellas que no dicen cosas hirientes, que usan
ese tono aterciopelado con los demás. La dulzura es poder conservar hasta el
infinito una sonrisa maternal y unas formas delicadas. Se puede intentar ser
dulce. En el proceso uno no azucara sus palabras para decirlas con suavidad,
sino que endulza las palabras o comentarios ácidos para poder comérnoslos y que
nos sepan mejor. Sin embargo, hay un límite. No se puede fingir ser dulce
infinitamente. Después de un tiempo llegamos a un grado de máxima saturación en
el que por mucho azúcar que añadamos, ésta no puede ser absorbida. Llegados a
este punto sólo nos queda confiar en que a cada vez más gente le guste el café.
No hay comentarios:
Publicar un comentario