El cuerpo humano
El cuerpo del ser humano es increíblemente bello. Los músculos
florecen como lirios de un recio esqueleto. Una osamenta que parece creada por
el más minucioso arquitecto. Un cráneo que siempre sonríe, mirando con cuencas
vacías y olfateando con su oquedad nasal. Como una serpiente descarnada, la
columna sujeta al cráneo y lo une al resto del cuerpo. Al bastión de finas láminas
que protege nuestros órganos, a la pelvis donde comienzan nuestras piernas. Si
uno observa láminas de anatomía artística se da cuenta de que la piel oculta la
armonía con la que nos movemos. Incluso el movimiento más torpe es generado por
hermosos y precisos movimientos de huesos, nervios y músculos. Como un baile
calculado al milímetro.
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