By Audrey Kawasaki |
Despegarse
suavemente de la vida, como una pegatina que ha pasado un tiempo sumergida en
agua. El agua del mundo hace que el pegamento vaya perdiendo fuerza. Es un irse
más dulce. Al fin y al cabo, sólo hay dos maneras, despegarse sutilmente, casi sin
enterarse o de un tirón. Lo peor del tirón, es que casi siempre quedan restos.
Queda parte del adhesivo, como un recuerdo de que ahí hubo algo, pero al final siempre se desvanece con el uso. Después de un tiempo, nadie puede decir si ahí
hubo una pegatina o no. Así es la vida del ser humano. Así son sus
sentimientos, tan embelesados en el presente, tan temerosos del futuro, tan
anclados en el pasado. Todo es más intenso en el presente, el amor se siente
como si te fueras a romper. Como si una enorme bola fuera a salir de tu estómago, penetrando desde dentro tus abdominales. Todo se va desvaneciendo,
creando un recuerdo cálido, tierno pero casi nunca intenso.
es un texto estupendo, lo he revisado ahora, tan bueno como la 1ª vez que lo leí. te dejo aquí la dire de mi blog por si quieres devolverme la visita, es http://alejandrovargassanchez.blogspot.com saludos
ResponderEliminar